Carta al Rey Melchor
Reconocida Majestad:
Un saludo. Permítenos tutearte. Eso del vos y del usted ya no se lleva hoy día...
Esta carta, Majestad, como bien te habrás percatado no está escrita con garabatos infantiles. No. Está hecha a computadora (un Pentium III). Y está impresa a todo color en una LaserJet de la última generación. ¿Qué te parece? Te gusta, ¿verdad? Claro, nosotros somos gente moderna. Estamos al día. Además queremos ahorrarte el trabajo de estar descifrando caligrafías de patas de mosca. Un poco de seriedad, ¿no?
Como ves, a pesar de ser gente “seria y moderna”, nos hemos animado a escribirte. Y es que, también nosotros queremos este año recibir nuestro “regalo de Reyes”.
Porque también la gente “seria y moderna”, que pretende controlar el mundo con una computadora desde su alfombrada oficina, tiene tantas o más necesidades que los niños, tantos o más caprichos que los niños. Sí, es verdad. No lo podemos negar. Así somos.
Oye, Melchor, hemos estado repasando tu historia. Siempre nos ha admirado tu fe, Majestad. Dejaste tu tierra, tu reino, tu familia. Te aventuraste al desierto siguiendo una estrella durante meses. Llegaste a una cueva miserable y te postraste en adoración ante un recién nacido que yacía entre pajas. Reconociste en Él a un gran Rey, a un Mesías, a un Salvador. También nos sigue admirando tu generosidad, Melchor. Pusiste a los pies de esa pobre familia el cofre de tu oro. Era evidente que ellos lo necesitaban. Y lo dejaste todo como si a ti ya no te importase en lo más mínimo. Aunque te quedaba aún el camino de regreso.
Sabemos que fuiste a Belén sobre todo por ese Niño. Pero también comprendiste, al encontrar esa entrañable familia, que el oro que llevabas lo iban a agradecer más José y María. Los pobrecillos no es que anduviesen en muy buenas condiciones económicas.
Melchor, nosotros ya tampoco somos niños. Y hemos de admitir que tampoco necesitamos tu oro. Tenemos bastante más que la Sagrada Familia de Belén. Aunque, siendo sinceros, en un principio sí te lo íbamos a pedir, pues a la gente “seria y moderna”, como nosotros, el oro es el regalo que más nos gusta.
Sin embargo, no; no nos des tu oro. Dáselo a los más necesitados, que los hay muchos.
Majestad, pero sí necesitamos de las otras cosas que tú tienes. Necesitamos un poco de tu gigantesca fe. Necesitamos un poco de tu enorme generosidad.
Como regalo de Reyes eso es lo que te pedimos, Melchor: más fe y más generosidad. Fe para arrodillarnos también nosotros, la “gente seria y moderna”, ante el Niño Dios. Generosidad para dejar a los pies de tantas familias pobres parte de nuestro oro y aliviar así un poco sus penurias. Como tu lo hiciste y lo sigues haciendo cada Navidad.
AUTOR DESCONOCIDO
FONDO HADA_MAGICA
ADORNOS
PEDRO LUIS DANSO
PEDROLUIS76@HOTMAIL.COM
REGALITO DE LA MAÑANA DEL MIERCOLES DIA 3 DE ENERO DE 2007
ESTA TARDE MAS Y MEJOR
ESTOS SON PARA VOSOTRAS
F I R M A D O
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