AL CANTO DE LOS GALLOS. Al canto de los gallos viene la aurora; los temores se alejan como las sombras. ¡Dios, Padre nuestro, en tu nombre dormimos y amanecemos!
Como luz nos visitas, Rey de los hombres, como amor que vigila siempre de noche; cuando el que duerme bajo el signo del sueño prueba la muerte.
Del sueño del pecado nos resucitas, y es señal de tu gracia la luz amiga. ¡Dios que nos velas!, tú nos sacas por gracia de las tinieblas.
Gloria al Padre y al Hijo, gloria al Espíritu, al que es paz, luz y vida, al Uno y Trino; gloria a su nombre y al misterio divino que nos lo esconde. Amén.
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