Se Adelgaza el Recuerdo Abre la boca el tiempo y me devora los días azulados, de veredas zigzagueando aisladas arboledas, del tacto acariciante, el pie que explora. Teníamos el alma soñadora de quien se moviliza sobre ruedas a caza de futuros sin monedas ni prejuicios, ni argucia enturbiadora. No era de ingenuidad nuestra tendencia, mas de improvisación, con esa urgencia de futuro que arranca en el presente. Y vivimos al día. Sin complejos. Pero de aquellos tiempos, ahora viejos, sólo queda una huella intermitente. Francisco Álvarez