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General: ♥ Dime a quién amas, y te diré quién eres ♥
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Réponse  Message 1 de 3 de ce thème 
De: Caroly57  (message original) Envoyé: 05/02/2016 21:08
 
 
papillon4.gif picture by monoargentino 
 
 
 Dime a quién amas, y te diré quién eres
 
John Blanchard se levantó de la banca, aliso su uniforme de
 marino y estudio a la muchedumbre que hormigueaba en la
 Grand Central Station. Buscaba a la chica cuyo corazón
 conocía, pero cuya cara no había visto jamás, la chica con
 una rosa en su solapa. Su interés en ella había empezado trece
 meses antes en una biblioteca de Florida.
 Al tomar un libro de un estante, se sintió intrigado, no por
 las palabras del libro, sino por las notas escritas a lápiz en el margen.
 La suave letra reflejaba un alma pensativa y una mente lucida.
 En la primera página del libro, descubrió el nombre de la antigua
 propietaria del libro, Miss Hollis Maynell. Invirtiendo tiempo
 y esfuerzo, consiguió su dirección.
Ella vivía en la ciudad de Nueva York.
 Le escribió una carta presentándose e invitándola a cartearse.
Al día siguiente, sin embargo, fue embarcado a ultramar
 para servir en la Segunda Guerra Mundial.

Durante el año y el mes que siguieron, ambos llegaron

a conocerse a través de su correspondencia.
 Cada carta era una semilla que caía en un corazón fértil;
un romance comenzaba a nacer.
 Blanchard le pidió una fotografía, pero ella se rehusó.
 Ella pensaba que si el realmente estaba interesado en ella,
 su apariencia no debía importar.

Cuando finalmente llego el día en que el debía regresar

de Europa, ambos fijaron su primera cita a las siete
de la noche, en la Grand Central Station de Nueva York.
 Ella escribió:
 "Me reconocerás por la rosa roja que llevare puesta en la solapa."
 Así que a las siete en punto, el estaba en la estación, buscando
 a la chica cuyo corazón amaba, pero cuya cara desconocía.
 Dejare que Mr. Blanchard relate lo que sucedió después:

"Una joven venia hacia mi, y su figura era larga y delgada.

Su cabello rubio caía hacia atrás en rizos sobre sus
delicadas orejas; sus ojos eran tan azules como flores.
 Sus labios y su barbilla tenían una firmeza amable
 y, enfundada en su traje verde claro, era como la primavera encarnada.
 Comencé a caminar hacia ella, olvidando por completo que
 debía buscar una rosa roja en su solapa. Al acercarme,
 una pequeña y provocativa sonrisa curvo sus labios.
 -Vas en esa dirección, marinero?' murmuró.
 Casi incontrolablemente, di un paso para seguirla y
 en ese momento vi a Hollis Maynell, estaba parada
 casi detrás de la chica. Era una mujer de más de
 cuarenta años, con cabello entrecano que asomaba
 bajo un sombrero gastado.
 Era bastante llenita y sus pies, anchos como sus tobillos,
 lucían unos zapatos de tacón bajo."

La chica del traje verde se alejaba rápidamente.

Me sentí como partido en dos, tan vivo era mi deseo
de seguirla y, sin embargo, tan profundo era mi anhelo
 por conocer a la mujer cuyo espíritu me había
  acompañado tan sinceramente y que se confundía con el mío.
 Y ahí estaba ella. Su faz pálida y regordeta era dulce e inteligente,
y sus ojos grises tenían un destello cálido y amable.
 No dudé mas. Mis dedos afianzaron la gastada cubierta
de piel azul del pequeño volumen que haría que ella me identificara.
 Esto no seria amor, pero seria algo precioso, algo quizás
 aun mejor que el amor: una amistad por la cual yo estaba
 y debía estar siempre agradecido. Me cuadré, saludé
y le extendí el libro a la mujer, a pesar de que sentía que,
al hablar, me ahogaba la amargura de mi desencanto.

Soy el teniente John Blanchard, y usted debe ser Miss Maynell.

 Estoy muy contento de que pudiera usted acudir a nuestra cita.
 Puedo invitarla a cenar?
La cara de la mujer se ensanchó con una sonrisa tolerante.

No sé de que se trata todo esto, muchacho, respondió,

 pero la señorita del traje verde que acaba de pasar me suplicó
 que pusiera esta rosa en la solapa de mi abrigo.
Y me pidió que si usted me invitaba a cenar, por favor
 le dijera que ella lo esta esperando en el restaurante que
 esta cruzando la calle. Dijo que era algo así como una prueba!

No es difícil entender y admirar la sabiduría de Miss Maynell.

 La verdadera naturaleza del corazón se descubre, en su respuesta,
 a lo que no es atractivo.
 "Dime a quien amas," - escribió Houssane- y te diré quien eres."
(Miguel Angel Arcel)

 

 
 
 
 
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De: PEDROLUIS49 Envoyé: 15/02/2016 16:52
 

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De: Caroly57 Envoyé: 22/03/2016 09:32


 
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