En la vida de todas las personas hay rocas en su camino.
Siempre habrá algo que superar, hay quienes al encontrar
un obstáculo en su camino, optan por detenerse ante el problema
y quedarse alli observandolo, llorando, quejándose, culpando
a los demás por ese problema y no avanzan más. Otros,
hacen como que no ven nada y eluden el problema pasando
por el costado del mismo, son personas que no quieren ver
el problema y lo evaden. Tambien hay quien lucha y discute con su problema,
no avanza en la vida porque su problema tampoco avanza, no hace mas
que llevar a cuestas la roca y no soltarla jamás,
lleva siempre una carga pesada en su interior porque ya está
constitucionalmente arraigado en su personalidad.
Si le sacaran esa roca de encima se encontrarían mortalmente perdidos.
Tambien está la persona que le echa la culpa a otros por ese obstáculo
y buscan la manera que otros les resuelvan las cosas, gritan y patalean
tratando que los demás vengan en su ayuda y le liberen su sendero y si no
lo logra vuelve atrás irremediablemente.
Pero está aquel que encuentra en un obstáculo la posibilidad
de superación, es el que convierte un fracaso en un éxito, salta
decididamente esa roca inconmovible o la elimina de su camino con
sabiduría, esto es, iluminar tambien al resto, sigue su camino enriquecido
con la experiencia de haber encontrado un tesoro donde otros solo
se encontraban con su propia ineficacia debido a su triste mediocridad.