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Empieza por ti mismo
Cuando yo era joven y libre y
mi imaginación no conocía límites,
soñaba con cambiar el mundo.
A medida que me fui haciendo
mayor y más prudente, descubrí
que el mundo no cambiaría, de
modo que acorté un poco
la visión y decidí cambiar
solamente mi país.
Pero eso también parecía inamovible.
Al llegar a mi madurez, en un
último y desesperado intento,
decidí avenirme a cambiar
solamente a mi familia, a los seres
que tenía más próximos, pero
¡ay!, tampoco ellos quisieron
Y ahora que me encuentro
en mi lecho de muerte,
de pronto me doy cuenta:
"Sólo con que hubiera empezado
por cambiar yo mismo",
con mi solo ejemplo habría cambiado
a mi familia. Y entonces, movido por
la inspiración y el estímulo que ellos
me ofrecían, habría sido capaz de
mejorar mi país y quién sabe si incluso
no hubiera podido cambiar el mundo.
Anónimo
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