Si yo fuera mágica, no habrían parques sin arbolitos, sin la brisa pintada de retoño verde, sin la encantada luz de los farolitos.
Si yo hiciera magia, nadie se quedaría sin tener hijos, nadie abandonaría los que tiene, serían guardados los derechos del niño.
Si yo fuera mágica, no hubiera donde encontrar penas, la felicidad sería mucho más larga y no habría enfermedad en la tierra.
Si yo hiciera magia, no existieran enemigos ni castigos, abundarían las ciudades de la risa; las constelaciones serían de amigos.
Si yo fuera mágica, el alimento alcanzara para todos, no hubiera criaturas trabajando, ni adultos hundidos en el lodo.
Si yo hiciera magia con lluvia borraría los sinsabores, la maldad consciente, los engaños y las tragedias pasadas, por errores.
Si... yo... fuera... mágica... a los hombres el amor les crecería, así como nace el vello por los poros y todos a su fuerza sucumbirían.
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