Palabras para expresarme
jugando las he tomado
una por una en estrellas,
en la piedra oscura
mojada por el agua.
  
  
  
Mi destino esta marcado
por tanto que he escrito
en papeles; cual palomas
han emprendido el vuelo.
Marcharon a tierras lejanas
sin luceros, sin mis amaneceres,
de esta celda umbría
sin calor, sin sol, estrellas o luna.
 

 
Un roce furtivo, una mirada perdida
eso sólo queda en mi corazón.
Hubo un tiempo en que yo creía
la audaz palabra que en mi alma
como gotas de miel caían.
Tiránica ilusión que no me dejaba
respirar, llorar ni cantar.
Corregí mil veces mi camino
buscando que el destino galopante
pusiera frente a mí, a mi amado.
 

 
Más vi en el alféizar de mis recuerdos,
sombras que tenuemente dejaron una huella
en mi atormentado espíritu.
Caminando por las calles,
las lunas de los escaparates
dibujaron mi rostro e ilusa, aún sueño con palabras
que salen de esa cara, sus pasiones, su ternura
por siempre a la vida negadas.
 

 
El espejo de unos ojos por fin en mi se miraron.
Cuando la savia de mis sábanas no quiero dar
tampoco quiero fecundar semillas titilantes
que queden atrapadas en la flor de mi vientre.
Sólo quedan palabras ilegibles en mis folios
como recuerdos de este instante.