Las madres son una de las personas más influyentes en la vida y de las que aprendemos más cosas, aunque no siempre nos damos cuenta. Y son las cosas más sencillas y cotidianas de las que más aprendemos. Son esas cosas las que nos marcarán en el futuro, sin importar si somos hombre o mujer.
Me gustaría contarte cuáles son esas lecciones de liderazgo que he aprendido de mi madre e invitarte a reflexionar sobre ellas. Seguro que tú también has aprendido algo así.
#1 – Piensa en lo que has hecho
No fueron pocas las veces que tuve que meterme en mi habitación por algo que había hecho. Puede que entonces lo viera como un castigo, pero el hecho de que mi madre me obligara a retirarme a solas me obligaba, quisiera o no, a pensar en lo que había hecho y a entender las cosas.
A día de hoy, cuando veo que hay algo que he hecho mal -o que estoy a punto de hacer algo que no debo- me retiro a pensar sobre ello, en silencio, con la diferencia de que ahora prefiero salir a dar un paseo por una zona tranquila.
#2 – Hazte respetar
Seguro que a todos, en alguna ocasión, nuestra madre nos ha dicho algo como esto: “Pero, ¿tú con quién te crees que estás hablando?” Porque hacerse respetar es fundamental para todo aquel que pretenda ser un buen líder.
#3 – Trata a los demás como quieres que te traten
Esta es una de esas lecciones básicas de la vida que aprendes con tu madre, y no solo en tu relación con ella, sino también con tus hermanos o con tu familia. Y además, ella no solo lo dice, sino que es su claro ejemplo de sus palabras,
#4 – Respeta a los mayores
Cuando somos jóvenes, pensamos que nos vamos a comer el mundo, que sabemos más que nadie. Pero hay cosas que solo se aprenden con el tiempo, que no están en los libros, ni se descubren haciendo prácticas ni experimentos, que duelen más que una mala calificación o la pérdida de ránking en un juego.
Los mayores nos pueden ofrecer orientación, apoyo, experiencia… Y respetarlos nos ayuda a crear cultura, a sentar las bases de ese respeto que, un día, demandaremos los demás.
Ceder el asiento en un autobús, ceder el interior de acera, ayudar a una persona que físicamente está limitada, supone mucho más que un gesto físico. Como líder, debes saber respetar a los que antes que tú estuvieron en tu lugar, para dar ejemplo y para aprender de ellos.
#5 – Cuida tus modales
Aprender modales es algo que se hace en casa. Como líder, debes crear una cultura y una forma de hacer las cosas, igual que lo hace tu madre. Ella te ayuda a marcar los límites entre lo que es tolerable y lo que no, igual tienes que hacer tú cuando te toque.
#6 – Ten cuidado con las compañías
“Dime con quién andas y te diré quién eres”, reza el dicho. Pero de niños no nos damos cuenta, y como adolescentes nos rebelamos ante la idea. Sin embargo, la gente de la que nos rodeamos sí que dice mucho de nosotros, y nos influyen más de lo que nos gustaría.
Elegir bien las compañías y ser una compañía que aporte valor a otros, es una gran lección que podrás aprender con tu madre.
#7 – No juzgues por las apariencias
Esta lección es una de las más útiles que puedes aprender en la vida, y la puedes aprender con tu madre. Aprender a mirar en el interior, a valorar lo que realmente importa, es una habilidad que todo buen líder debe dominar.
#8 – Termina las tareas antes de ir a jugar
Lo primero es lo primero. Esta lección de organización y productividad es fundamental para todo aquel que quiera ser un buen líder, porque implica la capacidad de establecer prioridad, algo fundamental en el liderazgo eficaz.
#9 – Arregla los problemas sin violencia
Si tienes hermanos, seguro que sabes de lo que hablo. ¡Cuántas veces intentan los hermanos solucionar las cosas a las bravas y cuántas veces las madres les piden que, por favor, no luchen, que no se peguen!
Gestionar las emociones y aprender a manejar los conflictos son dos de las lecciones más importantes que aprendes con tu madre. Lecciones que necesitas aprender bien para ejercer un liderazgo eficaz.
#10 – Afronta la vida con perspectiva
Cuando eres un adolescente, cualquier contratiempo parece el fin del mundo. Que alguien te ayude a asumirlo y enfrentarte al futuro, a enfrentar la vida con perspectiva, es fundamental.
Así aprendes que, por muy duro que sea el golpe, al final todo pasa. Y la persona que con la que lo aprendes es con aquella que sufre contigo tu dolor y te acompaña para superarlo. Esa persona, por lo general, es tu madre. Como líder, esto lo tienes que tener bien presente, y tienes que transmitirlo a los tuyos.
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