Veo a un halcón volar con las corrientes térmicas. Sus alas extendidas al máximo lo hacen flotar con fluidez por el aire. Cuando se remonta, admiro la expresión majestuosa de su naturaleza divina.
Yo, también tengo el poder para remontarme al vivir partiendo de mi naturaleza divina. Despliego mis alas espirituales y logro nuevas alturas. Tengo la habilidad innata de hacer lo que necesito hacer. Respaldado por mi sabiduría y poder divinos, me elevo por encima de pensamientos limitantes. Acepto el cambio con gracia. Supero cualquier desafío con calma y fe. Logro mis metas, sostenido por mi identidad espiritual. Si dudo de mi fortaleza y mis capacidades, recuerdo el halcón, y tengo fe en mi poder para abordar nuevas perspectivas.