Un día como el de hoy, pero del año 1992, al ser absueltos los
4 policías blancos que le habían propinado una brutal paliza al ciudadano afroamericano Rodney King, la ciudad de Los Ángeles explotó. A principios de los años 90, la reputación de la policía de aquella ciudad norteamericana era sacudida por fuertes acusaciones de violencia, abusos y corrupción. El orígen de los disturbios de Los Ángeles se ubica un año atrás, cuando, en marzo del 91, Rodney King, que gozaba de libertad condicional, fue capturado luego de intentar escapar de una patrulla que lo perseguía por exceso de velocidad. Gracias a que alguien, circunstancialmente, filmó lo ocurrido, la noticia dió la vuelta al mundo encendiendo críticas e indignación. Las imágenes de los palazos sobre el cuerpo de un ciudadano negro desarmado, se convirtieron en un ícono de los excesos y actos de corrupción que acostumbraba cometer la policía de Los ángeles. En el juicio, a pesar de la existencia de aquel video amateur en el que se podía observar claramente lo acontecido, el jurado (en su mayoría blancos) declaró “inocentes” a los acusados. Al conocerse el insólito veredicto la reacción fue visceral. La gente salió a la calle sometiendo a Los Ángeles bajo el martillo de la violencia y las llamas. Tres días de destrucción se sucederían dejando a su paso más de 50 muertos, innumerables heridos y considerables pérdidas materiales. Aquellos disturbios demostraron que, tras la cortina de "glamour" que vende la industria del cine, Los ángeles escondía una realidad mucho más cruda : la falta de armonía racial y la brutalidad policíaca.