DAME DE TU AMOR
Te escribo y se desgarra la fuerza del alma esperándote en cualquier instante siguiendo mis líneas que rozan tus ojos acariciando mis labios en la tarde que culmina. Te escribo intentando penetrar dentro de ti hasta que me lo digas, insertando mis versos luego de todo encuentro con el Sol. Ese Sol que me desborda de la boca, arrancando de mí la fuerte euforia, el delirio que desde siempre poseo, el sol que me despide su sonrisa y que cuando me abraza: simplemente me emociona hasta la piel por el solo hecho de existir. La misma piel que se unifica con la tuya: eléctrica y obsesiva, de tu mirar conquistador. Extensas tus huellas que dejas marcadas en mis fuerzas, que intentan, se sacrifican y lograrán tu dulce querer, lamentan, se agobian y siguen hasta el final prometido. Mi relato perteneciente cada uno a tan solo una breve secuencia de desatada locura de amor, te enreda, abstrayéndote al hoy, guardándote al mañana. Mientras el silencio de tiempos lejanos recobra vida por entre tu cuerpo exhausto de sudor y fantasías, el mío te acompaña fielmente hasta el final de tus días. Tómame por mis espaldas y no me sueltes, no quisiera perderme en el abismo de la nada. Dame de tu aliento siempre, no olvides que para ti existo, que sin ti la poesía y la vida misma termina. Dame de tu ilusión una porción, no me dejes abandonar por las teorías que apáticas me persiguen. Dame de tu amor alguna vez, no me dejes partir, porque la espera ya no espera.
Silvana Barrales
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