
Un sabio maestro,
contó a sus discípulos
la siguiente historia:
"Varios hombres habían
quedado encerrados por error
en una oscura caverna
donde no podían ver casi nada.
Pasó algún tiempo,
y uno de ellos logró encender
una pequeña tea.
Pero la luz que daba
era tan escasa que aun así
no se podía ver nada.
Al hombre, sin embargo,
se le ocurrió que con su luz
podía ayudar a que cada uno
de los demás prendieran
su propia tea y así,
compartiendo la llama con todos,
la caverna se iluminó".
Uno de los discípulos preguntó:
"Qué nos enseña, maestro,
este relato?"
El Sabio contestó:
"Nos enseña que nuestra luz
sigue siendo oscuridad
si no la compartimos
con el prójimo.
Y también nos dice
que el compartir nuestra luz
no la desvanece,
sino que por el contrario
la hace crecer"



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