Alégrate por lo bueno que tienes y por lo de los demás; desecha los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más. Piensa en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad. Recorre tu vida y detente en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez. Visualiza aquél atardecer que te emocionó. Revive ésa caricia espontánea que se te dio... Disfruta nuevamente de la paz que ya has conocido, piensa y vive el bien. Allí en tu mente están guardadas todas las imágenes... Y sólo tú decides cuáles has de volver a mirar.
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