¿Dónde está la Rosa con ilusiones,
la que escribía cartas de amor,
la que se quiso enamorar un día,
pero la realidad fue superior?.
¿Dónde está la Rosa de las fantasías,
la que escribe versos llenos de energía,
la que se esconde tras una pantalla,
pero es sincera y clara en sus palabras?.
¿Dónde está la Rosa que quería superarse,
la que quería ser mejor persona,
pero que ahora, viendo el esfuerzo,
no sabe de dónde sacar sus fuerzas?.
¿Dónde está Rosa con ganas de superación,
la que tenía esperanza y confianza,
la que tenía fe y en algo creía,
la que esperaba mejorar algún día?.
¿Dónde está la Rosa que se esconde,
la que no sale de su escondite,
la que si sale, se asusta y se irrita,
la que quiere de la vida su presente?.
¿Dónde está la Rosa que gritaba,
gritaba por no quedarse estancada,
la que buscaba la vida y no la muerte,
la que intentaba un sentido a su vida dar?
Esa Rosa ya no existe, se perdió;
atrás quedó en el camino sin dejar rastro,
sin decir tan siquiera ni adiós;
atrás quedo en el camino sin explorarlo,
por miedo siempre al fracaso.
Esa Rosa ya no existe, se murió;
sin dejar huellas, sin son, sin armonía,
dejó otra Rosa triste de corazón.
Esa Rosa ya no existe, se murió;
porque esta Rosa está viva, existe,
pero no tiene afán de superación;
esta Rosa existe, respira, siente;
pero no es una Rosa dinámica y viva,
sino inerte e insensible a la desesperación.
¿Dónde está la Rosa que buscaba el cambio,
la que intentaba vivir cada instante del hoy?
Esa Rosa se enquilosó en su pasado,
y vive el hoy con resignación.
Esa Rosa ahora ya no tiene ánimo,
y tan sólo añora paz en su interior.
Autora: Rosa Mª