La lluvia le hace cosquillas a la tierra Los árboles se ríen contagiando a los pájaros su húmeda alegría. Las nubes han tapado las montañas y desde su ombligo urbano, parado frente a una ventana veo transcurrir el tiempo en la quietud sombría del alba. Las luces se encienden fugaces en el destello hiriente del cielo Los techos lloran desaguando cascadas de agua pura que se asfixian entre el herrumbre de las cubiertas de chapas que amontonan los años declarados de sus vidas. Me interrogo en ésta instancia donde asumo ignorante la razón de la consciencia ¿en que punto la vida te designa mercenario del sueño y la quimera jinete del amor y las palabras? ¿Hasta donde somos constructores del destino y de los pasos sin la mano de la suerte o de la gracia? ¿Absoluto o relativo? ¡Si acaso las cadenas se rompieran uniendo los extremos donde se juntan los cuerpos y las alas¡ Si acaso una caricia se cayera desde el eco infinito en que cantan las mañanas, y un clarín de mil silencios anunciara en un latido su llegada, le haría yo también, como la lluvia, un manojo de cosquillas a la tierra contagiando a mis poemas la húmeda alegría de los pájaros.-