esde el trasfondo la Cruz de Jerusalem nos evoca no sólo
la historicidad de la Muerte y Resurrección del Verbo de Dios en
un momento y sitio determinados, sino los orígenes de la propia
Confraternidad, engendrada en el Monte Calvario (Año Santo de 1950).
Signo, con sus cinco cruces, de las Cinco Llagas salvadoras del Maestro
que quiso conservar aún resucitado, como marca de su entrega por
nosotros.
La Cruz Central, la más grande, representa la Llaga del Costado, el
Corazón de Jesús, cuyo amor es tan grande que es preciso
volver nuestra mirada hacia Aquél a quien traspasaron (Jo. 19, 37)
para poder entrar en su REINO.
"Cuando levantéis en alto al Hijo del hombre, entonces sabréis
que soy Yo" (Jo. 8,28).
"A la manera que Moisés levantó la serpiente en el desierto,
así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre" (Jo. 3, 14-15).
Cruz de Jerusalem, emblema histórico de las Cruzadas par ala conquista
de Tierra Santa. Aliciente para la gran cruzada de conquistar para
el Reino de Cristo a todo hombre nacido en Cristo y para El, a fin de que sea
"Pueblo de su propiedad" (1 Pe 2, 9-10).
EL SANTO SEPULCRO, JERUSALEM
En 638 sucede una nueva ocupación, esta vez de los Sirios. Así es
como el Patriarca de Alejandría, Eutichio (siglo X) describe los
acontecimientos de la conquista: "Omar ibn al-Khattab asedió la ciudad.
Sofronio, el Patriarca de Jerusalén, se entrevistó con él, y consiguió
una carta de protección para la ciudad y sus habitantes. Omar ibn al-Khatab
garantizó la salvaguardia de los lugares cristianos y prohibió a los suyos
destruirlos o usarlos como viviendas". Al principio del siglo IX un violento
terremoto dañó la cúpula de la Anástasis. Los daños fueron reparados
en el 810 por el Patriarca Tomás. La iglesia fue incendiada en el 841.
Una vez más, la iglesia fue incendiada en el 966 como venganza por la
guerra perdida en Siria por el ejército Musulmán. Pero todos estos incendios
sólo afectaron a las estructuras de madera que pudieron ser reparadas
mediante un gran sacrificio de la ya empobrecida comunidad cristiana.
Nuevamente la Iglesia volvió a ser incendiada por los Musulmanes en
el 978 y el fuego rodeó a la basílica, al jardín del claustro y también a
la Anástasis. En el 1009 el Califa de Egipto al-Hakim explícitamente ordenó
la destrucción sistemática de la Iglesia. El historiador árabe Yahia ibn Said
describe así los acontecimientos: "El hecho santo comenzó el año 400
de la Egira (1009 de nuestro calendario). Solamente las partes de difícil
acceso no fueron dañadas". Empezaron por demoler la tumba misma, la
cúpula y las partes altas del edificio hasta que los restos que se juntaron
a sus pies bloquearon su destrucción. Durante once años se les prohibió
a los cristianos visitar los destrozos, tampoco se les permitió rezar en
las ruinas. Pasado este tiempo se firmó un tratado de paz entre el
emperador Bizantino Argirópulos y el sucesor de al-Hakim en el
que se estipuló la reconstrucción del Santo Sepulcro.
Los trabajos comenzaron bajo el emperador Constantino Monomaco.
Los arquitectos llegaron a la conclusión de que era imposible restaurar
la totalidad de la estructura Constantiniana. Así que optaron por
conservar solamente la Anástasis con un ancho ábside hacia el este
y varias pequeñas capillas. Estos trabajos se hicieron entre el
1042 y 1048. La Basílica estaba reconstruida aunque Jerusalén
seguía en poder de los árabes musulmanes.
Los cruzados conquistaron Jerusalén el 15 de julio del 1099, y
enriquecieron mucho la Iglesia. Jerusalén cayó ante el ejército de
Saladino en 1188. La iglesia del Santo Sepulcro fue cerrada y nadie podía
oficiar en ella. De hecho el peregrino Titilar en el 1217 observó que la
Iglesia del Santo Sepulcro estaba siempre cerrada y que las puertas
se abrían solamente para los peregrinos que pagaban bien.
El mundo cristiano protestó enérgicamente y el Sultán Ajub se
disculpó en 1246 ante el Papa Inocencio IV. También le informó de
que había dado las llaves de la Basílica a dos familias musulmanas quienes
se harían cargo del lugar. Estos guardianes de las llaves del Santo
Sepulcro abrían la iglesia sólo en ciertos días y previo pago.
Todavía hoy miembros de esas familias guardan las llaves, abren y
cierran la Basílica. En esta época peregrinos de Mesopotamia, Egipto,
Armenia, Etiopía, Siria, Grecia y Georgia se establecieron alrededor
del Santo Sepulcro. La reina Tamara de Georgia hizo un arreglo con el
sultán de Egipto, que permitía a algunos Georgianos vivir dentro de
la Iglesia del Santo Sepulcro. Es un período muy oscuro.
Funcionarios musulmanes sin escrúpulos jugaban con la vida de
los cristianos para permitirles entrar en este santo edificio. El santuario
decaía poco a poco. Los mosaicos de las paredes se iban deteriorando
y junto con ellos la totalidad de la estructura comenzó a venirse
abajo.Las potencias europeas, después de fracasar en varios
intentos por la conquista de los Santos Lugares trataron de lograr
acuerdos. Angió y Sancha de Mallorca, reyes de Nápoles (1309-1345),
tuvieron éxito después de largas negociaciones y grandes sumas de
dinero para obtener de Melek en-Nazer una residencia oficial para
la comunidad latina de Jerusalén dentro del Santo Sepulcro.
Con la aprobación del Papa Clemente VI esta responsabilidad
fue otorgada a los Franciscanos en 1335.
Los Franciscanos recibieron la Capilla de la Aparición de Cristo
que desde entonces nunca han abandonado.
*Fondo por Vainica*
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