MARCHARE SEÑOR Marcharé señor, alegre o triste más resignado cuando al fin me hieras si vine al mundo porque tu quisiste ¿No he de partir sumiso cuando quieras? Un torcedor tan solo me acongoja y es haber preguntado el pensamiento sus porqués de la vida... ¡Mas la hoja quieres saber dónde la lleva el viento! Hoy, ya no pregunto nada cerré los ojos y mientras el plazo llega en que se termine la jornada mi inquietud se adormece en la almohada de la resignación ¡en tu regazo! Amado Nervo
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