“AGUA fresca,” ¿Quieren AGUA? “A diez céntimos el trago” MADRID en los años VEINTE la ofrecían aguadores a los secos transeúntes en botijos o porrones. Pues se daban en los pueblos las condiciones peores: pocos tenían en casa para darse remojones y en la fuente de la plaza bebían los moradores (al igual los animales) y en cubos o garrafones llevaban el agua a casa para los usos mayores.
Llovía, más agua había y muchos menos pobladores. En el mundo se contaban hasta los DOS MIL MILLONES. Después de NOVENTA AÑOS somos el triple, señores. Llueva más o lo haga menos gastamos agua a montones. Si no nos juntamos todos y encontramos soluciones lo van a pasar muy mal futuras generaciones, ¿tendrán que lavarse menos? Habrá que hacer particiones. Conseguir que llegue a todos en aquellas proporciones que cubran necesidades igual a ricos que a pobres.
Si no, un bien tan escaso… Vendrán nuevos aguadores: “AGUA fresca” ¿Quieren AGUA? ¿De Marte, Venus o Azores? Te puede costar un trago ¡UN MILLÓN O DOS MILLONES!
Antonio Lozano Raspal
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