Santos del día 31 de Julio
Ignacio de Loyola , Fabio, Juan Columbano, Germán de Auxérre.
IGNACIO
Tratándose del personaje de que se trata, es verosímil que la etimología que se suele dar de su nombre, no sólo sea la acertada, sino incluso que él mismo la conociese y por ello hubiese elegido el nombre. Porque Ignacio de Loyola, no se llamaba así, sino Iñigo, pero cambió el nombre desde el momento en que decidió cambiar radicalmente de vida. Ignacio dicen que viene de la forma latina Ignatius, formada a partir de ignis, que significa fuego. Ignatius vendría a significar por tanto "inflamado", "portador de fuego"; porque realmente es eso lo que fue san Ignacio de Loyola, un volcán del que salieron ríos de fuego vivificador. El mundo no siguió siendo el mismo después de san Ignacio y de su Compañía, que como un ejército disciplinado fue conquistando posiciones en la Iglesia y en el mundo. Su anterior nombre, Iñigo, parece proceder de un topónimo vasco que significaría "lugar encrespado". En sus dos formas, este nombre ha hecho fortuna, siendo muy apreciada últimamente por los más castizos la forma de Íñigo.
Los Íñigos e Ignacios tienen en esta gran figura un patrón extraordinario. En él destacaron una gran firmeza y decisión reguladas por la razón y el deber; un valor a toda prueba, semejante al que desplegó como soldado; una gran constancia y una sencillez que nacía de su prudencia, su humildad y su amor al prójimo. Fue un hombre disciplinado, virtud que le permitió sacar adelante su colosal obra. Virtudes para dar y tomar; y es que el de Ignacio es nombre recio.
¡Felicidades!
UN DIA MAS LO MONTO EL GNOMO