¿Cuál mejor regalo que tu presencia,
que tu cariño hacia cada uno que mora en ella,
que tu alegría por cada día que nace,
por cada beso que en tí yace para dar sin pena?
¿Cuál mejor regalo, Juanito, que tu corazón,
ése que con tanto esmero ofreces sin tesón,
ése que sabe tanto de amor y de perdón,
el que maneja la vida con arte y gran don?
¿Cuál mejor regalo, que tener tu presencia,
admirar tu tan precioso santoral,
meditar cada una de las palabras que expresas,
y yo, sin saber qué darte, agradecer cada día,
tu tan admiradas respuestas a mi pobres letras,
y desearte, como siempre, lo mejor de la vida,
porque es lo que merece persona tan buena?
¿Cuál mejor regalo, Juanito, que tenerte cerca,
aunque haya distancia, aunque yo nada sea?.
Aunque alas no tenga para volar hacia allá,
aunque no pueda hacer mis sueños realidad,
aunque me cueste todavía una sonrisa dar,
mi gran ilusión es que tu salud sea buena,
que te cuides porque aquí alguien te espera,
y que el día te sea brillante y de gran fortaleza.
Con cariño, Rosa Mª