Yo no sé si me habré vuelto invisible
para el mundo, es muy probable.
Pero nunca como hoy fui tan consciente de mi existencia,
nunca me sentí tan protagonista de mi vida, y
nunca disfruté tanto de cada momento como ahora.
Ahora se que no soy la princesa del cuento de hadas
y que no necesito que me venga a salvar un príncipe
azul en su caballo blanco, por que ni soy una princesa,
ni vivo en una torre, ni tengo a un
dragón que me esté custodiando.
Hoy me reconozco mujer, capaz de amar.
Se que puedo dar sin pedir, pero también se que no
tengo que hacer nada, ni dar nada
que no me haga sentir bien.
Por fin encontré, hasta ahora, al ser humano que
sencillamente soy, con sus miserias y sus grandezas.
Descubrí que puedo permitirme el lujo de no ser
perfecta, de estar llena de defectos, de tener
debilidades, y de equivocarme, de no responder a las
expectativas de los demás y hasta hacer algunas cosas indebidas.
Y a pesar de ello, sentirme bien.
Y por si fuera poco, saberme querida por muchas
personas que me respetan y me quieren por lo que
soy, si,… así un poco loca, mandona y muchas veces
terca. También cariñosa, platicadora, besadora,
abrasadora y a veces por algún motivo, triste, por que
también tengo mis momentos tristes, esos en que pongo
mi cara larga con un aire de pensante y me da por llorar.
Cuando me miro al espejo ya no busco a la que fui
en el pasado,... sonrío a la que soy hoy,... me
alegro del camino andado, y asumo mis errores.
¡Qué bien no sentir ese desosiego permanente que
produce correr tras los sueños!
¡Que bien! Ya aprendí a tener paciencia.
El ser humano tarda mucho en madurar,… ¿verdad?
Hoy sé, por ejemplo, que no puedo retener el mar,
aunque cuando estoy "con él", quisiera nunca tener que dejarlo.
Hoy sólo lo contemplo, me lleno "de él". Y cuando
llega el momento de partir, me despido diciéndole.
¡Hasta pronto!
También hoy sé que mis amigos y amigas son peregrinos
del mismo camino, y que en cualquier momento
nos encontramos y nos queremos.
¡¡¡Hoy sé que nadie es responsable
de mi felicidad, solo yo!!!
Hoy sé que el viento extiende sus brazos cuando camino
por la calle. Y que solo depende de mí sentirlo.
Hoy sé que la vida es bella……. Porque la he
visto partir ya muchas veces.
Hoy vivo la vida así como es, bonita con sus ires y
venires, con sus amores y desamores, con sus
ratos de marea baja, con sus puestas
de sol, con su ruido incesante.
Sólo quiero dejarla correr. No quiero pedirle nada. Sólo
quiero tener lo que yo me busque, sólo quiero lo que yo merezca.
Hoy me doy cuenta que no soy una mujer invisible.
¡¡¡¡¡Ya aprendí que DIOS siempre está en mi camino!!!!!