Yo había pedido a Dios
la fuerza para alcanzar el éxito
y él me hizo débil
para que aprendiera a obeder.
Yo había pedido a Dios
la salud para hacer grandes cosas,
pero me dio la enfermedad
para que pudiera hacer cosas mayores.
Yo había pedido a Dios
la riqueza para ser feliz,
pero me ha dado la pobreza
para que pueda ser compasivo.
Yo había pedido a Dios
el poder para ser apreciado,
pero me dio la debilidad
para que experimentara la necesidad de Él.
Yo había pedido a Dios
un compañero para no vivir solo,
pero Él me dio un corazón
para que pudiera amar a todos mis hermanos.
Yo había pedido a Dios
tener cosas que alegraran mi vida,
pero de Él he recibido la vida
para que pueda gozar de todas las cosas.
Yo no he recibido nada de lo que había pedido
pero he alcanzado todo cuanto había esperado:
soy entre todos los hombres
el más ricamente colmado.
(Anónimo)