Buenos días mi querida casita. Como ya sabéis por otro poema que dejé decidí ir a trabajar y decidí luchar, pero eso supone un esfuerzo sobrehumano para mí.
Tengo mucho miedo y paso mucha tensión por verme tan inútil y no servir de nada por lo que al sufrir de fibromialgia y fatiga crónica hace que me duela todo el cuerpo y apenas tenga ganas ni de mirarme a la cara (que de hecho, ni lo hago).
Soy incapaz de escribir nada, y espero me perdonéis. Trato de entrar lo más que puedo y aunque no responda a todos los mensajes, pues ... lo intento.
Perdonad mi inutilidad y mi falta de valía. Sigo yendo a trabajar. Soy maestra y en el colegio están contentos conmigo; sin embargo, soy yo la que me siento una inútil y que lo hago todo mal. Al menos, no llevo una clase completa, soy maestra de educación compensatoria, dando clases a inmigrantes o gitanos del centro, por lo que no tengo el estrés de la tutoría dado que en el centro se dieron perfectísima cuenta de que yo, en estas condiciones era incapaz.
No sé qué me ocurre. No tengo ninguna causa para estar mal y sin embargo... no consigo superme. Me veo en un laberinto sin salida.
Hoy vuelvo a esforzarme. Vuelvo a sentir la dichosa angustia de todos los días, los mismos nervios, la misma sensación de invalidez. Y eso que no han venido todavía los niños.
Me siento la más inútil de todo el colegio, porque lo soy, y os prometo que esa sensación junto a la obligación de tener que ir es un verdadero desastre.
Bueno, espero supera algún día esto, no sé de qué manera y perdonad si no entro con la frecuencia que entraba.
Prometo intentar escribir, de hecho lo voy a hacer ahora pero no prometo nada.
Os quiero muchísimo y aunque no entre, no dudéis que no es por falta de interés sino por puro y llano cansancio.
Muchísimos besos. Rosa.