Florencio, Rufo, Herculano, Prosdócimo, Engelbe
rto y Restituto obispos; Aquiles, Agomar, Ernesto y Lázaro confesores; Amarando, Leopardo, Melasipo, Antonio, Casina, Taurión y Tesalónica mártires; Gertrudis abadesa; Severino monje.
ERNESTO
La cultura gótica dejó en toda Europa, y muy significativamente en España, un rastro esplendoroso. Pensemos en la arquitectura gótica, inimaginable desde el arte clásico.
Los nombres godos pasaron a formar parte del santoral español en plano de igualdad con los nombres de procedencia latina y los de procedencia bíblica (hebrea). Llevar un nombre godo fue durante siglos una señal de distinción.
Ernesto es sin duda un nombre de príncipe, que evoca la idea de valor, junto con una gran calidad humana (no todos los príncipes así llamados consiguieron estar a la altura de su nombre). Pero es un buen acicate el llevar este nombre para aspirar siempre a ser "excelente". En la familia, en el trabajo, con los amigos... Y más resistente que un roble, si es eficaz la influencia del santo varón que tan dignamente llevó este nombre.