Nada más hermoso que un amor que
ha capeado las tormentas de la vida...
El amor del joven es la iniciación
de la vida. Pero el amor del viejo
por el viejo, es el comienzo de
cosas más perdurables.
El recuerdo de la felicidad
ya no es felicidad; el recuerdo
del dolor es todavía dolor.
Más allá de felicidad o infelicidad,
aunque sea las dos cosas, el amor es
intensidad; no nos regala
la eternidad sino la vivacidad,
ese minuto en el que se entreabren
las puertas del tiempo y del espacio:
aquí es allá y ahora es siempre.
Octavio Paz