Ya no quiero escuchar palabras inciertas, palabras que surcan heridas y hacen mal; no quiero percibir que alguien me escucha, porque la comprensión no tiene lugar.
Ya no quiero recibir mensajes absurdos, no quiero callar a los hechos oscuros, no quiero aplacar mis males con parches, que no me dejan vivir sino males grandes.
Ya no quiero ni juzgar ni ser juzgada, no quiero confiar en quien no me da nada, no quiero luchar por meta alguna, sino quedarme a oscuras en mi laguna.
Ya no quiero la esperanza ni el amor, que hacen daño cuando nada de ello son, ya no quiero sentir en mi corazón, el dolor por el desencanto y la desilusión.
Autora: Rosa Mª |