No escucho, no por no tener oídos; no siento, no por no tener sensibilidad; no digo, por no tener palabras; no saboreo, y no por falta del gusto.
Pero no entiendo cuanto dicen, no siento, porque la vida me da igual; no digo, porque mis palabras nada dicen; no saboreo, porque rancio es mi estar.
No pretendo porque nada deseo, no busco porque nada perdí; no puedo y no es no quiero, no decido pues así no me gusta vivir.
Tan sólo desearía tener paz conmigo; tan sólo mi corazón de amor deseo llenar; tan sólo deseo dejar de mí mi cobardía, y así, algun sitio no lejano poder llegar.
Autora: Rosa Mª |