Cuenta la leyenda que un buscador de
la verdad , salió en cierta ocasión a los caminos del mundo,y allí , en un gran
cruce, interrogó a sus hermanos.
_Díganme. ¿Cuál es la verdad?
_Busca
la filosofía, respondieron los filósofos.
_No,
argumentaron los políticos. La verdad está en el servicio.
_Entra
a las catedrales, le aseguraron los clérigos.
_Sin
duda, la verdad es la sabiduría , declararon los sabios.
_Renuncia a todo, esgrimieron los
ascetas.
_Contempla y ensalza las maravillas del Señor, le
anunciaron los místicos.
_Acata
y cumple las leyes , señalaron los gobernantes.
_Conócete a ti mismo, cantaron los guardianes del
esoterismo.
_La
verdad está en los números sagrados , dedujeron los
cabalistas.
_Vive
los placeres, aconsejaron los epicúreos.
_Únete
a nosotros, le gritaron los revolucionarios.
_La
verdad es un mito, respondieron los escépticos.
_Vive
y deja vivir, clamaron los existencialistas.
_El
pasado es la única verdad, lamentaron los nostálgicos.
Confundido , nuestro buscador de la verdad, se dejó
caer sobre el polvo del camino,mientras aquella multitud se alejaba cantando y
reinvindicando , su verdad.
En
esto, por esas casualidades de la vida , pasó junto a nuestro hombre , un
venerable anciano que llevaba en sus manos un refulgente
diamante.
_¿Quién eres?, preguntó el derrotado buscador de la
verdad.
El
anciano mostrándole el diamante contestó:
_Soy
el guardián de la verdad.
¡La
verdad! , ¿Es que existe?
El
anciano sonrió y aproximando la gema al rostro del
hombre,replicó:
_"La
verdad, al igual que este tesoro tiene mil caras".
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