Lentamente, sin pausas, sin ataduras, nos fuimos conociendo y nos fuimos amando; lentamente, pero sin prisas, nos unimos, nuestras miradas y nuestros abrazos.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras, nos fuimos enlazando muy fuerte las manos, arrimándonos los hombros en los momentos tristes, y acercando nuestros sentimientos con encanto.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras, el tiempo nos ha dado ricamente un regalo, el regalo de la amistad y la ternura, que día a día tú y yo vamos cultivando.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras, se engrandece la hermosura de la confianza, se llenan de sinceridad nuestras palabras, mas la distancia se acorta con suavidad y ternura.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras, ha surgido entre nosotros algo que no es locura, algo que temo sí, porque mi cuerpo siente, y tú, a mi lado, sabes muy bien corresponderme.
Lentamente, sin pausas, sin ataduras, daremos paso al día y a la noche reciente, no dejaremos que pase el día sin dicha, mas lentamente, sin pausas, sin ataduras, salvaremos los obstáculos que se advierten.
Autora: Rosa Mª |