|
EL VALOR DE LA
MUJER
Cuenta la leyenda que
al principio del mundo, cuando Dios decidió crear a la mujer, encontró
que había agotado todos los materiales sólidos en el hombre y no tenía más
de que disponer. Ante este dilema y después de profunda meditación, hizo
esto:
Tomo la redondez de la luna; las suaves curvas de las olas, la
tierna adhesión de la enredadera, el trémulo movimiento de las hojas, la
esbeltez de la palmera, el tinte delicado de las flores, la amorosa
mirada del ciervo, la alegría del sol, y las gotas del llanto de las nubes,
la inconstancia del viento y la fidelidad del perro, la timidez de la
tórtola y la vanidad del pavorreal, la suavidad de la pluma de un cisne y la
dureza del diamante, la dulzura de la paloma y la crueldad del tigre, el
ardor del fuego y la frialdad de la nieve. Mezclo tan desiguales
ingredientes, formo a la mujer y se la dio al hombre.
Después de una
semana, vino el hombre y le dijo: Señor, la criatura que me diste me hace
desdichado, quiere toda mi atención, nunca me deja solo, charla
incesantemente, llora sin motivo, parece que se divierte al hacerme sufrir y
vengo a devolvértela porque no puedo vivir con ella!
Bien, contesto Dios y
tomo a la mujer.
Paso otra semana, volvió el hombre y le dijo:
Señor, me encuentro muy solo desde que te devolví a la criatura que
hiciste para mi; ella cantaba y jugaba a mi lado, me miraba con ternura
y su mirada era una caricia, reía y su risa era música, era hermosa a la
vista y suave al contacto. Me cuidaba y protegía cuando lo necesitaba,
me daba dulzura, ternura, comprensión y amor sin condiciones, por
favor Dios, devuélvemela, porque no puedo vivir sin ella!
Ya veo,
dijo Dios, ahora valoras sus cualidades, eso me alegra mucho, claro que
puedes tenerla de nuevo, fue creada para ti, pero no olvides cuidarla,
amarla, respetarla y protegerla, porque de no hacerlo, corres el
riesgo de quedarte de nuevo sin ella.
Declamación : Anthony
Freites
| | | | | | | | | | | |
|
|