MENSAJES PARA EL
ALMA.
Shhhhh…, no
hables, amigo…, ya no digas nada…, déjate guiar sólo por mi voz…, siente…,
sólo siente, mi buen camarada…, vuelve a ser quién eres…: un trozo de
Dios…
Sólo hazte a un
costado…, permite que ocurra la magia callada de sentirte en paz…, deja
que te lleve mi voz que susurra: sólo eso hace falta…, eso…, nada
más…
Vuelve al
equilibro…, aquí…, en este instante…; no hay ningún problema…, nada que
sanar…; lo que hay allí afuera…, son sólo contrastes que has ido creando…,
sólo por jugar…
¡Es todo tan
simple, fácil y sencillo en la obra de teatro que montaste
aquí!: solamente debes recobrar el brillo del momento puro que llega hasta
ti…
Y ahora…, aquí
mismo…, detienes el juego…, y vas liberando lo que una vez fue…, -comedias
y dramas…, temores y apegos…-, ¡cual si te quitaras un viejo
corsé…!
Y te quedas
quieto…ante lo Infinito…, de vuelta en tu estado natural de
ser…, ¡navegante absorto de un libro no escrito…, sin ningún mañana…, sin
ningún ayer…!
Dejas que te
inunde la suave confianza de aquél que ya sabe que todo está
bien… ¿Sientes como surge…y como se afianza…, esa remembranza del lejano
Edén…?
¿Percibes la
dicha de saberte eterno…? ¿Sientes como vibra tu Ser inmortal…? ¿Oyes los
susurros que desde lo interno, te hablan con reflejos de oro y de
cristal…?
Shhhhh…, no
hables ahora…, no me digas nada…: sigue relajado…, sereno…y en
calma…; deja que te llegue mi voz sosegada…, ¡y que este masaje te
acaricie el alma…!
Jorge
Oyhanarte
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