Por mucho que pienses, no vas a ser más feliz, porque el camino para alcanzar la felicidad no es la mente, sino el corazón.
No, ya no busco la felicidad, busco estar en paz conmigo misma, esa serenidad que embellece la persona, y que la hace grande y su paso deja huellas profundas.
No, ya no voy buscando compañía, prefiero mi soledad a encontrar desdicha, prefiero no tener sueños, sí, a caer en la melancolía, y acceder a la realidad, que es quien me visita.
No, ya no intento dejar de ser quien soy, no voy a cambiar por encontrar algún amor, no voy a dejar principios y valores que, día a día, renancen en mi corazón.
No, ya no río quizás no lloro, la indiferencia es quizás un paso sin son, fuerzas apenas tengo para hallar riqueza, el tesoro tan preciado por el alma y el amor.
No, ya no deseo ternura desmesurada, ya no deseo en mi lecho alguien sin corazón, pues el amor no es fusión de dos cuerpos, es algo que va más allá del instante y la pasión.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester
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