La sonrisa siempre no puede sacarse,
pero sí la ternura del corazón,
que no falla mientras no muere,
que alcanza más allá de la razón.
El amor siempre no puede hallarse,
pero sí darlo con mucho calor,
que aun no correspondiéndose,
deja un camino lleno de ilusión.
La fuerza siempre no puede sumarse,
pero sí las ganas de hacerlo mejor,
que es lo que saca la energía,
que repara más allá de un error.
El error siempre no puede repararse,
pero sí actuar de modo mejor,
que aun no siendo el modo perfecto,
deja un rastro de enorme superación.
La alegría siempre no puede salir,
pero sí la esperanza de un mejor existir,
que es lo que deja un gran rastro,
que aleja al hombre del dolor y fracaso.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester