No es el tiempo el que engaña,
sino las acciones que la empañan,
no es la confianza la que llega,
sino el día a día quien acerca.
No es la distancia quien separa,
sino la cercanía de la falsedad,
no es dolor quien rendir hace,
sino la falta de creencia que yace.
No es la belleza la que tontea,
sino la riqueza que la voltea,
no es el mañana el que quiere ser,
sino los ojos que lo pueden ver.
No es el amor quien se esconde,
sino el alma que no responde,
no es el soñar quien se detiene,
sino el pensamiento que todo tiene.
No es la palabra la que avanza,
sino el hombre que la alcanza,
no es el suspirar el que calma,
sino la esencia de vida que llama.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester.