Deseo lo que no puedo tener,
y tengo aquello que no deseo,
deseo esos labios en los míos,
y no la soledad y falso amigo,
deseo yacer para hallar abrigo,
y no la tristeza de mi destino.
Deseo llenar el alma de calma,
y no el desasosiego ni llama,
deseo quizás locura sin alas,
y no la quietud que me abraza.
Deseo sí el éxtasis, el placer,
y no el silencio, el no entender,
deseo intensamente el querer,
y no la soledad del pretender.
Deseo la locura, la aventura,
y no un cuerpo con sólo cordura,
deseo la sensación, el roce,
y no palabras que son derroche
Deseo simplemente la verdad,
y no la oscuridad de la falsedad,
deseo ser amiga y en mí confiar,
y no adioses que dejan oquedad.
Deseo sí ser amada y amar,
aunque sea un minuto nada más,
deseo un instante de luz sumar,
y no la pena de una cruz atrás.
Deseo la alegría, el bienestar,
y no la pena de no saber dar.
Deseo el deseo, sí, el anhelo,
y no el corazón como el hielo.
Deseo por fin en algo creer,
y no el camino en que no hay fe,
deseo por fin en alguien confiar,
y no la decepción de su marchar.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester