Hoy cumplo cuarenta y siete años, sí, y me arrepiento de apenas vivir nada. Me arrepiento de haber perdido mi tiempo que, sigilosamente, se marcha.
Me arrepiento de no curar las heridas que, sin querer o queriendo, dañan.
Me arrepiento de haber llegado, sí, de haber existido, sin saciar mi alma.
Hoy cumplo cuarenta y siete años, sí, y la soledad de hace años fue quitada.
He cambiado sí, pues de los errores he ido aprendiendo, pero aún me falta.
Pero, ¡me falta tanto por aprender, por caminar, por saber, por creer!.
¡Me falta sembrar el camino que huellas deje cuando deje de ser!.
Hoy cumplo cuarenta y siete años, sí, y la sinceridad sigue siendo mi norte.
El perdón, la voluntad, el cariño, forman parte del mi forma de comprender.
La tristeza tal vez me acompañe, la alegría también asoma su entender.
La comprensión, la amistad, y el esfuerzo, son parte de mi luz y mi suerte.
Hoy cumplo cuarenta y siete años, sí, y ya no veo las cosas como las vi ayer.
Tan sólo soy una mujer adulta que lucha por su rumbo, a buen puerto llegar.
Tan sólo soy una débil persona que, sensible, no desea hacer ningún mal.
Tan sólo estoy en este mundo por un acto de amor que hubo sin igual.
Hoy cumplo cuarenta y siete años, sí, y ya sin ser niña, parte de niña tengo.
Aunque no soy fuerte, saco las fuerzas de allá donde nada veo.
Aunque no soy alegre, intento sacar sonrisa para dar al prójimo sustento.
Aunque no soy grande, intento que mi edad no torture mi pensamiento.
Hoy cumplo cuarenta y siete años, sí, y mi silencio no es lo que quiero.
Mi cercanía estará siempre junto a todos los que yo aprecio.
Mi calma, se hallará en aquellos que busquen en mí serenidad.
Mi amistad sincera, humana y cálida será mi sustento para la eternidad.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester