Mi barco zarpa sin rumbo, naufraga;
el timón del mismo no puedo tomar,
mas ya nada me queda por esperar,
mas que el final de vida sin marcha.
El mar no está bravío, sólo clama,
su pasar tranquilo con esperanza,
su mirar pausado tal vez el ancla,
para iniciar el valor y la confianza.
¿Dónde está entonces el temporal?
¿A causa de qué el timón sin tomar?
El motor del barco, sin arrancar,
tan sólo el miedo le deja sin moral.
La esperanza es el puerto a llegar,
mas no importa tempestad alguna,
si su final es al fin la misma hallar,
con valentía, sin tener prisa ninguna.
Mi barco, navega sí, en el ancho mar,
con el cielo arriba, luna y sol su hogar,
con el norte sin fijar, sin encontrar,
pero directo hacia puerto anclar.
Mi norte, perdí en tiempos atrás,
navegando protegida por los demás,
mas ahora, sea tiempo de reaccionar,
pues la marea indica que ha lugar.
Ahora, aun sin ser libre en mi barco,
sin tomar del todo el timón y comenzar,
necesito un norte, un saber dónde mirar,
para dirigir el rumbo y no zozobrar.
De mi barco, soy mi única dueña,
nadie puede su timón ya tomar,
mas importa que deje alguna huella,
por si alguien desea conmigo llegar.
Y sí, haré que mi barco brille,
para que reluzca en medio de la mar,
mas sí haré de mi pérdida un luchar,
mas soy yo quien mi barco dirige.
Mas mi barco, transporta humildad,
mas en él navego sin riquezas llevar,
mas con el que con él desee marchar,
sabe que mi único motor es la verdad.
Y si mi barco comienza a navegar,
no buscará fortuna externa hallar,
mas en su interior su mayor tesoro,
es el amor y el entender con decoro.
Y si mi barco las anclas desea dejar,
será que su rumbo a puerto llegó,
mas sólo en él habitará el despertar,
de compañía y amor que un día cesó.
Mas mi barco, por nombre libertad,
mas por rumbo la alegría y felicidad,
mas por destino el amor y el cariño,
mas su rumbo aquel sin un destino.
Mas el destino estará en el amar,
en confiar y en el saber esperar,
pues la belleza de las grandes cosas,
son las que sin ojos se ven hermosas.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester