Como una nube gris,
que tormenta lleva en las entrañas,
con una gran carga por dejar,
pero que teme al hombre dañar.
Como una nube gris,
que se forma sin ser o saber,
con quizás temor al caer,
porque no sabe dónde va a descender.
Como una nube gris,
que no deja al sol aparecer,
que tal vez desee también su compañía,
pero que desde el mar surge su nacer.
Como una nube gris,
que quisiera ser transparente y sentir,
que desea tal vez el azul cielo salir,
y que sin ganas su instante no elegir.
Como una nube gris,
que tiene que, con fuerza, resurgir,
que, tarde o temprano, su morir,
para así, poder la luz mejor existir.
Como una nube gris,
que nunca permanece siempre,
que, tras la descarga, desaparece,
y que tal vez, sin ganas, siente salir.
Como una nube gris,
como el corazón su latir,
que, unas veces, siente su morir,
para luego, de nuevo, alegre su sentir.
Así es la vida misma,
como una nube gris,
unas veces de colores vivos,
y otras, huracán y sin saber vivir.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester