Tal vez existan infinitud de posibilidades para ser mínimamente dichoso, para estar en paz, para obtener el equilibrio que tanto bien da.
Tal vez existan sospechas de que la dicha no sea realidad, que no exista la dulzura de la vida, la belleza de cada segundo que se va.
Tal vez existan amigos que nunca te dejan, que al caer del mal están, que jamás te abandonan en el malestar.
Tal vez existan personas que, sin mirar atrás, viven el día a día sin pensar en el qué pasará.
Tal vez exista esa mano que a tu vera siempre está y que, debido al desasosiego, a la desesperanza, no se ve y no se toma por miedo, por dificultad.
No es bueno estancarse en el pasado y muchísimo menos, mirar hacia el futuro porque nadie tiene el poder de prever qué va a pasar, qué ocurrirá.
¿Por qué de esta reflexión? ¿Por qué estos tal vez?. Porque nada hay seguro en esta vida, ni el respirar, ni el soñar, ni la falsedad ni la verdad. Todo es un pasar, un extraño y vago pasar que va dejando huellas quizás.
Me pregunto por qué estoy triste, por qué mi cansancio, mi hastío. Me pregunto por qué cuando estoy alegre, todo parece maravilloso y divino.
Nadie tiene culpa de mi alegría o tristeza, de mi cansancio o mis ganas de vivir.
Sin embargo, cada uno es dueño de sus propios actos, de su propia vida, de su bienestar en definitiva.
Entonces, ¿por qué estar mal?. ¿Qué provoca el estar mal?. ¿Qué es lo que en un momento determinado nos hace sentirnos hundidos o alegres sin motivo aparente o razón lógica?.
Es comprensible que cuando exista una ruptura, una grieta, una separación, un fracaso... haya también un desequilibrio moral, una tristeza, una baja moral.
El problema es cuando no existe un motivo causante de tal desequilibrio pues nadie elige estar mal per se.
Somos humanos, cometemos errores porque nadie es perfecto; sin embargo, ¿aprendemos siempre de los errores y fracasos? ¿aprovechamos la nueva oportunidad que la vida, en su instante, en su despertar, nos brinda o , por el contrario, nos dejamos llevar por la derrota?.
¿De dónde se sacan las fuerzas para seguir caminando? ¿Cómo y dónde se ven las nuevas oportunidades?.
Sí, oportunidades, ya que vivir es la oportunidad de probar, de seguir o derrochar el suspirar y el existir.
Oportunidades, para aprender, para amar, para ayudar, para seguir siendo persona; u oportunidades, para dejar escapar el tiempo sin sentido alguno dar.
Oportunidades ... que en cada despertar, nosotros aprovechamos o dejamos su silencio pasar.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester