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Llevaba en la cabeza Una lechera el cántaro al mercado Con aquella presteza, Aquel aire sencillo, aquel agrado, Que va diciendo a todo que lo advierte: ¡Yo si que estoy contenta con mi suerte! Porque no apetecía Más compañía que su pensamiento, Que alegre la ofrecía Inocentes ideas de contento, Marchaba sola la feliz lechera, |
Y decía entre sí de esta manera: <> Con este pensamiento Enajenada, brinca de manera, Que a su salto violento El cántaro cayó.¡Pobre lechera! ¡Qué compasión! Adiós leche, dinero, Huevos, pollos, lechón, vaca y ternero. ¡Oh loca fantasía, Que palacios fabricas en el viento! Modera tu alegría; No sea que saltando de contento, Al contemplar dichosa tu mudanza, Quiebre su cantarillo su esperanza. No seas ambiciosa De mejor o más próspera fortuna; Que vivirás ansiosa Sin que pueda saciarte cosa alguna. |
No anheles impaciente el bien futuro; Mira que ni el presente está seguro |
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