Hace muy poco me he sentado frente a mi
computadora, y de alguna manera hoy he sentido necesidad de ti, de que nos
leamos entre líneas, quizás así sintamos que el día de hoy puede cambiar, que
no es un día de soledad o tristeza, a alguien le importamos.
Sí, así es, tú me importas a mí, porque has llegado a ser parte de mi
vida.
A ti que estás pasando un mal momento y me haces saber por
medio de unas líneas, que el amor que tenías, por el que morías, se ha alejado
de tu vida; a ti que me cuentas que tu soledad es cada día más grande, a ti que
no encuentras alivio a tus lamentos, a ti que me contabas de tu familiar
enfermo, o a ti que me decías que habías encontrado a la persona ideal y que
querías decirle en un poema cuánto la amas. A ti te dedico esta carta, estas
líneas son para ti.
Yo que soy tu amiga, a pesar de las
distancias que nos separan, leo tu nombre, o nick, y oro por ti sabiendo que tu
también lo haces por mí, y créeme que al leer esos mensajes, resbalan lágrimas
por el teclado puesto que no quisiera que algo malo te pasara en la vida,
pero, eso, al parecer, es pedir cosas imposibles ¿verdad?
Pero
te diré algo, esto es entre tú y yo: A veces es tanto el dolor que nos embarga,
que pensamos que nada vale la pena, que nadie podrá ayudarnos, y mucho menos
alguien que está tan lejos de nosotros.
¿No has sentido que
muchas veces es más fácil contarle a tu amigo sin rostro esa pena o esa alegría
que te embarga?
Creo que nosotros, los que leemos, somos más
abiertos ante los temas porque nos quieren y nos comprenden sin nunca habernos
mirado a los ojos.
Yo no sé cómo eres tú, pero si me escribes
esos mail es porque confías en mí y si yo te estoy escribiendo esta carta es
porque también creo que eres alguien muy especial en mi vida.
Hoy me he puesto al otro lado de tu pantalla, para poder expresarte lo que voy
sintiendo mientras te escribo, me gustaría poder abrazarte; si lo estás pasando
mal; me gustaría poder decirte que quizás mañana veas las cosas de manera
diferente, que debes dar un tiempo para cada cosa.
La felicidad
no siempre se obtiene fácilmente, la vida nos pone muchas pruebas que debemos
superar, y sé que lo vas a lograr ¡yo creo en ti!
Sé que eres
fuerte, no detengas tu vida por esa pena, ya verás que mañana será otro día, y
el dolor será más llevadero, tan solo déjalo que se deslice por tu vida, déjalo
que pase como una película.
No lo evites para no causarte más
pena, es un error hacer eso; la pena hay que dejarla fluir y verás que cada día
será más liviana.
Sé que olvidar no será tan fácil, pero con el
tiempo dejarás de extrañar, los días serán mejores, confía, te aseguro que el
tiempo hace lo suyo, y de pronto abres los ojos y poco a poco tu pena será
menor.
¿Sientes mis manos? Son para ti que estás leyendo esta
carta. No creas que te hago un favor, pues más correcto sería decir que nos
ayudamos mutuamente.
Al leernos y sabernos tan cerca de alguna
manera te siento, ¿y tú, me sientes a mí?
No quiero que estés
triste, te quiero lleno de esperanzas, de amor, de optimismo.
Piensa que cada semana estoy llamando a la puerta de tu buzón. Ábreme esa
puerta, porque soy yo, tu amiga, quien te alegra con postales, poesías, y
muchas cosas más. Soy yo, no me dejes fuera de tu vida, yo te comprendo, y si
estás triste yo también
lo
estaré.
Quiero recibir e-mails de ti, que me cuentes que esta
carta, u otras, te han servido para cambiar un poco tu vida.
Amigos, demos gracias a Dios porque hoy ha amanecido y podemos abrir los ojos
para darnos otra oportunidad de cambiar lo que hemos hecho mal, de intentar ser
mejores.
¿Qué importa que se nos valore o no?
¿Qué más
da?
Si para mí tú eres IMPORTANTE,
sé que
también lo soy yo para ti.
Abracémonos como amigos de la red,
pensando que somos amigos, que yo puedo reír y llorar al igual que lo haces
tú.
Siempre tengamos esperanzas de que las personas cambien y un
día nos puedan sorprender con ese “te amo” que tanto esperamos. O que se nos
acerquen diciendo, “tienes ese trabajo que esperabas”, o “mi familiar está
mejor, gracias por tus oraciones”.
¿Ves? Nada es imposible, y la
esperanza jamás muere.
Solo desea
con todo tú corazón las
cosas que
estás pidiendo y verás al mundo con otros ojos; no olvides
que cada
vez que respiras, tienes
otra
oportunidad en la vida.
¡Qué bello es tenerte, mi amigo de
Internet!