ENCENDER LA LUZ
Si nos sucede que durante la noche un ruido nos despierta (el
teléfono que suena, un objeto que cae, una ventana mal cerrada
que da golpes, alguien que llama a nuestra puerta), no nos
precipitemos en la oscuridad para enfrentarnos a esta situación.
Instintivamente, lo primero que hacemos es prender la luz para ver.
Pues bien, este comportamiento prudente, debemos también tenerlo
en cualquier circunstancia de la vida.
Sí, en cualquier circunstancia debemos empezar por encender la
luz. Y encender la luz significa no precipitarnos para actuar,
sino entrar en uno mismo y pedir ayuda al Cielo con el fin de
encontrar las mejores soluciones. Si no tenemos esta luz, iremos
a derecha, a izquierda, llamaremos a toda clase de puertas,
intentaremos diferentes medios, pero en vano.
No olvidemos nunca que lo esencial, es saber encender la luz en nosotros;
gracias a ella evitaremos muchos daños y pérdidas de tiempo.