Cuando las ideas eran claras y no se toman decisiones,
cuando dejar pasar es solución y no se implica en nada,
cuando se paraliza la mente y no se sabe qué paso dar,
cuando algún motivo es laguna y nada se sabe dominar,
cuando se pierde la ilusión por no atreverse a volar,
cuando las caricias han sido reales y se dejan de notar,
cuando la confusión es la norma y nada se sabe manejar,
cuando se siente confianza y daño no se desea provocar,
cuando la sensibilidad domina y nadie te puede ayudar,
cuando el valor falla y la derrota es quien va a ganar,
cuando se fracasa por no saber las alas despegar,
cuando el frío entra en el cuerpo por luz oscura entrar,
cuando la senda era clara y por temor no se desea tomar,
cuando el arrimo, la confianza, la amistad han tenido lugar,
cuando sientes que fallas a una amiga por no saber afrontar,
cuando la debilidad es tu sino y no marcas tu pasar,
cuando al frente está tu meta y no la puedes alcanzar,
cuando bajo la mirada sólo existe tristeza y ningún pensar,
cuando se detiene el paso por no saber a dónde pasar,
cuando alguna mano se te tiende y temor a tú fallar,
cuando es el corazón quien no sabe dónde está su hogar,
cuando se tiene compañía pero sólo se encuentra sin cesar,
cuando en la distancia y sin motivo, la soledad deja su lugar,
cuando la tibieza se nota y de repente el hielo marca su andar,
entonces ... es mejor no decir nada, no pensar o quizás luchar;
entonces ... es mejor apartarse para no crear ningún mal;
entonces ... la intuición y el impulso no cesan y se llega a errar;
entonces ... el corazón late deprisa, muy deprisa ... ¡a galopar!;
y entonces ... ¡el pensar no cesa pues no se deja de inquietar!;
mas ¡cuánto daño se hace cuando se deja algo para mejorar!.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester