El gaucho es una especie de vagabundo de la pampa, rústico y varonil
que sabe defender su honor y demuestra valentía en circunstancias
de peligro Su origen criollo proviene de la mezcla de sangre entre
el español y el indígena.
El gaucho luchó durante doscientos años contra las hostilidades de
los indígenas y la tierra. Forjó un espíritu noble y osado. Vivió nómada,
sin apegos ni prejuicios, cantó su rebeldía y amó la libertad.
Nunca tuvo patrones y se ganó el sustento trabajando en el campo.
Hábil jinete y criador de ganado se caracterizaba por su destreza física,
su altivez y su carácter reservado y melancólico.
Realizaba casi todas las faenas a caballo, animal que era su mejor
compañero y toda su riqueza. El lanzamiento del lazo, la doma,
el rodeo de hacienda y las travesías, eran llevadas a cabo por
los jinetes que hacían del caballo su mejor instrumento.
Del conquistador recibe el caballo y la guitarra; del indio,
el poncho, la vincha, el mate y las boleadoras.
El refrán es su forma típica de respuesta.
"Cortito como patada e' chancho"
"Atravesau como trote e'cuzco"
"Se defiende como gato panza arriba"
"Quedó como hormiguero patiao"
"Más pegau que estampilla en sobre viejo"
Si bien en el sur argentino los gauchos mostraban cierta indisciplina,
en el norte de Argentina de principios del siglo XIX tuvieron un
papel distintivo, ya que tuvieron un trascendental desempeño militar
en las luchas por la independencia de España. Este se dio
particularmente en la frontera con el Alto Perú. Su lucha fue descripta
y recordada épicamente por Leopoldo Lugones como La Guerra Gaucha.