Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

la casa del gnomo madrid
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
  
 General 
 BIENVENIDOS 
 PRESENTATE CON TU FOTO 
 COMUNIDADES AMIGAS 
 POESIA 
 CUENTOS 
 MUSICA 
 REFLEXIONES 
 ENIGMAS 
 COCINA ESPAÑA 
 COCINA MEXICANA 
 POSTRES 
  
 IMAGENES 
 FONDOS 
 GIFS VARIOS 
 DEJA TUS GIFS 
 FIRMAS DE JUANITO 
 FLORES 
 ALFABETOS 
  
 TU CIUDAD 
 FERIA DE SEVILLA 
 PERIODICOS DEL MUNDO 
  
 temperatura 
 cine gratis 
 medicina 
  
 TODO HUMOR 
 PASATIEMPOS 
 TRADUCTOR 
 PORTADAS 
 SANTORALES 
 NAVIDAD crismas 
  
 CUENTOS 
 FLORECITA 
 
 
  Herramientas
 
General: Una piedra y sus dolores
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Estrellitadelsur*  (Mensaje original) Enviado: 28/04/2013 18:08

estreb-2.gif

Una piedra y sus dolores

 

Una piedrecita reposaba en el fondo del arroyo.

Al llegar la primavera, con las lluvias, la corriente se dirigió a ella y le dijo:

- ¡Si quieres te llevo al mar!

La piedra hizo algunos movimientos de resistencia

 tratando de agarrarse al fondo y contestó a la corriente con aire indiferente:

- ¡El mar!... ¡El mar no existe!

 Sólo existe el arroyo, las piedras y las vacas que nos pasan

 por encima de vez en cuando. Sigues tan idealista como siempre... ¡el mar!

Pero la corriente volvió a susurrar:

- "Deja que te lleve... al mar, deja que te lleve."

Y la piedra contestó, dejándose arrastrar:

- Bueno, vamos -porque en el fondo le gustaba la aventura.

Era una piedra volcánica, con algunas estrías claras de las que estaba muy orgullosa.

A pesar de viajar a merced de la corriente

 solía hacer comentarios autoritarios para sentir que la dominaba.

- ¡Mira! -dijo una vez con cierto acento despectivo-

¡Ya hemos pasado varios recodos y el mar no está!

¡Déjame aquí!, estoy cansada de rebotar entre las peñas del cauce.

- Deja que te lleve... -respondía suavemente la corriente.

La piedra pasó por aguas enegrecidas y dijo:

- ¿A dónde me has traído, sinvergüenza?¿Esto es el mar? ¡Prefiero que me pisen las vacas!

Pero la corriente ya no respondía y tan sólo aumentaba la velocidad.

- ¡Para ya! -gritó la piedra chocando contra otros guijarros-

¡Vas a destruirme!¿Es que no te das cuenta?¡No quiero ir al mar!... ¡Odio el mar!

La corriente la arrastró con gran vehemencia haciendo sentir

un gran vértigo a la piedra, que en el colmo de su furia gritó:
-¡También te... !

Pero no pudo seguir porque estaba cayendo por una enorme

cascada.

Y ya en el fondo añadió casi sin fuerzas:
- También te odio a ti, Arroyo...

no vale la pena perder mis esquirlas por ese sueño que llamas mar. Juegas conmigo sin sentido.

Pasaron a gran velocidad entre muchos rápidos.

 Luego siguieron por remansos tranquilos, llenos de algas y de líquenes.

La piedra ya no decía nada.

Se había abandonado a la corriente.

Tenía la superficie cubierta de grietas y casi no se reconocía a sí misma.

Todo le dolía.

Atrás quedaron diversas orillas, bosques y aldeas.

 A la piedra sólo le quedaba el silencio,

la corriente y el recuerdo de los golpes recibidos en una tractoria desgraciada.

 Pero lo peor era el silencio.

De repente escuchó otra voz.

 Era una voz muy distinta; grande, cautivadora y muy azul:

- Por fin has llegado, piedra mía -dijo el mar.

Y mientras caía dulcemente entre espléndidos corales,

la piedra giró sobre sí misma varias veces, como murmurando:

- ¡Gracias arroyo, gracias corriente... os amo!... todo ha valido la pena

Quizás también tú descubrirás al final,

 que era ÉL quien te esperaba tras cada recodo...

Autor: Miguel Segura

 

 

 

estreb.gif  

   


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados