Aprende a ver más allá de lo evidente y de lo concreto.
La simbología es un lenguaje sagrado del alma, que se expresa de manera sutil.
Al elevar la conciencia, ésta se conecta con los arquetipos y se logra captar ideas más elevadas, más puras.
El hombre elige libremente, y al elegir se muestra a sí mismo como ser pensante, pero elige también los futuros resultados de su acción.
El hombre es, por lo tanto, quien traza su propio camino.
Es, lo asuma o lo ignore, y aun en el error puede rectificarlo a través de la siembra de nuevos actos.
Para ver lo que nos depara el futuro merece la pena detenerse y observarse a sí mismo.
Quien cree en su propio destino y lo persigue, tarde o temprano lo conquista, encuentra la flor que surge de su confianza y de su esfuerzo, es decir, de sus actos.
La concepción del mundo y el universo marca nuestras actitudes, acciones y comportamientos