Te
doy gracias Dios por haber cruzado en mi camino a personas que quieren y saben
ayudarme, por lo mucho que tú sabes dar sin a cambio nada demandar, por tu
inmenso perdón y porque por fin he encontrado tu serenidad.
Te
doy gracias Dios por hacerme despertar un día más, aunque me cueste su
vivencia, aunque no sepa del todo caminar.
Te
doy gracias por tu paciencia, por saberme esperar; porque sin decir nada,
siempre tú ahí estás.
Doy
gracias a la vida, por tenerme entre ella, por respirar, por tener a mi
alrededor amistades verdaderas, amistades que no son de papel, que no fingen,
no tienen máscaras que engañen su sinceridad.
Ahora
confío, tengo esperanza, quiero abrazar. Ahora tengo ganas de poder a Dios
llegar por lo muy lejos que de Él he querido estar.
Creía
ser una persona no creyente sin fe; creía ser persona sin sentimientos o con
ellos malignos.
Ahora
sé que Tú, estás a mi lado, que ahí arriba hay alguien que me protege y me
guía.
Doy
gracias por esa protección porque sin ella a saber quién sería yo.
También
doy gracias por la vida que me proporcionas y te pido que me ayudes a
aprovecharla inmensamente y a no volver a despreciarla.
Te
pido ahora por mi familia que, aunque me haya separado de ella, entienda que es
por el bienestar de todos, que tengo edad de volar y ser libre, que sanen, que
comprendan, que salgan de su propio mundo.
Te
pido que por nada del mundo me dejes sola, que soy un ser humilde y con miedo y
que sola no llegaría a ninguna parte.
También
te pido por la salud de mis amigas, porque las protejas en todo momento y les
des impulso y mucho ánimo.
Ahora,
sé lo que es ser amiga y tener amigas. Ahora comprendo porqué he estado tan
sumamente ciega y no he visto que había gente que sí me quiere y quería.
Y
para finalizar, te pido por la paz, por la humildad, por la generosidad de las
personas, incluida primeramente la mía. No dejes que me olvide de nadie. No
pongo nombres porque son muchísimas las personas a las que estoy agradecida.
Espero
y deseo que mi agradecimiento y mi súplica te llegue con el cariño y la
devoción que ahora ya tengo y no tenía.
Mis
palabras salen del alma, bien lo sabes,
Te
doy las gracias por esa alma que yace y por el corazón que en este momento
late.
Autora:
Rosa Mª Villalta Ballester