Soñamos que vivimos un amor eterno y un día
nos despertamos frente a una realidad:
Ya no nos aman...
¿Por qué?
Amar también implica correr riesgo,
y cuando se ama en verdad se sufre,
y cómo nos cuesta soltar aquello que amamos.
Dejar ir y soltar, esa es la clave
y no es fácil porque duele.
Seguir llorando... aquello que no tengo,
me impide disfrutar esto que tengo ahora.
Aprender a enfrentarse con el tema de la pérdida,
es aceptar vivir el duelo...
saber que aquello que era, es aquello
que era y que ya no es más,
o por lo menos que ya no es lo mismo que era.
De hecho, nunca es lo mismo. Cuando yo me doy
cuenta de que algo ha muerto...
de que algo está terminado, ese es un buen
momento para soltar.
Cuando ya no sirve, cuando ya no cumple
y cuando ya no es, es tiempo de soltar.
Lo que seguro no voy hacer, si te amo de verdad...
es querer retenerte.
Lo que seguro no voy a hacer es tratar de engancharte,
si es verdad que te amo.
Te amo a ti...
¿O amo la comodidad de que estés al lado mío?,
¿estoy relacionado contigo
como individuo o como persona?,
¿O estoy relacionado, con mi idea de que ya
te encontré y no quiero salir a buscar a más nadie?.
No te atrapo, no te agarro, no te aferro, no te aprisiono,
y no te dejo ir porque no me importes;
te dejo ir por que me importas.
Jorge Bucay