¡Cuánto existe para perder!
¡Cuán bellas cosas hay que ganar!
Seguir la vida es muy difícil,
cuando la madurez se llega alcanzar.
Hay quienes su niñez anda escasa;
quienes dura y nula su felicidad;
hay quienes su juventud pierden,
en alcanzar el amor y la amistad.
Hay quienes el dinero embelesa,
a otros una bella flor o una sonrisa,
les permite un susurro o son de paz;
hay quienes por amor luchan sin maldad.
Solo existe la bondad de corazón,
el perdón que nace únicamente del amor;
la sinceridad que el tiempo demuestra;
el dolor que se siente cuando cesa la ilusión.
No hay que perder la esperanza de avanzar;
el proceso de cura cuando se debe cambiar;
la voluntad plena cuando se desea luchar;
el esfuerzo por lograr una meta singular.
Hay que detenerse a pensar y reflexionar;
a sanar la mente cuando se intenta disimular;
a dejar huella para otro paso dar;
a tener vivencias y poder experimentar.
Sólo las palabras no ayudan a realizar,
mas las acciones dan singularidad;
no es sino el ensayo y error algo particular;
y cada detalle es para cada cual algo especial.
Cuanto más franqueza, más transparencia;
cuanta menos indiferencia, mayor sapiencia;
pues mejor saber de los demás,
que pasar la vida quedándose igual.
¡Cual bella la vida si se sabe valorar!
¡Cuán hermosos silencios sabiendo escuchar!
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester